Thursday, May 30, 2013

Magia negra

-¿De dónde sacaste toda esa plata?- me preguntó ella.
-¡Magia, negra!- le respondí y le guiñé un ojo.
A las seis de la mañana la policía tocó la puerta preguntando por mi. Tuve que salir por la terraza. Cuando volví a casa la negra ya no estaba, y tampoco la plata. A las seis de la tarde enfilé para la triple frontera.
Ya no hay magia, y mucho menos negra.

Wednesday, May 29, 2013

El Invento

Servía para picar, moler, triturar, cortar, serruchar, amasar y estirar. Podía medir largo, ancho, altura, peso, radiaciones, densidades, y hasta factor UV. El artefacto era también capaz de combinar todas estas, y más, funciones para generar nuevas, emergentes. Todas sus funciones estaban bien organizadas, de forma simple y clara. Todo se manejaba con un solo botón y los resultados aparecían en una pequeña, pero muy nítida, pantalla. Entraba en el un bolsillo del pantalón. Daba la opción de ayudar al usuario a organizar todas las tareas que podía hacer con él, en el tiempo y el espacio, con un calendario central, geolocalizado y compartido. También le permitía compartir logros en redes sociales.
El equipo había desarrollado el prototipo en tiempo y forma, y con un costo menor al esperado. El ingeniero en jefe ya había firmado el pase a producción. El equipo de diseño había planteado el proceso de producción inicial y los proveedores estaban listos, esperando las primeras órdenes de trabajo. Marketing frenó todo el carro. No se alineaba con el espíritu de la organización, fue lo primero que dijeron. Después que había algo con la claridad de la marca. Finalmente, entre otras cosas, empezaron a hablar sobre la paleta de colores elegida para el prototipo, sobre el objetivo no claro del producto, sobre el mercado difuso al cual apuntaba. La realidad era que no podían vender algo que hacía tantas cosas. Nadie podía explicar, claramente, que era lo que habían inventado. El gerente general agendó una reunión.
Casi se matan. El líder del equipo de diseño tuvo que interceptar, con la espalda, el vaso que el ingeniero en jefe le tiró, a la cabeza, al gerente de marketing. El gerente general tuvo que saltar sobre el gerente de marketing para que no le salte al cuello, con una birome como punzón, al ingeniero en jefe. Rompieron tres sillas, voltearon la mesa y reventaron un vidrio de la sala de reuniones.
Al final terminaron modificando algunas cosas. Separaron algunas funciones en accesorios y le dieron a todo un acabado con marfil, sintético, para aumentar los costos y el precio final, apuntando a un mercado más selecto. Gastaron muchísima plata en folletos, en estudios de packaging, y hasta mandaron a publicar un libro, que planearon salga en un año, o dos, sobre como aprovechar todas las ventajas del aparato. Hicieron la campaña de marketing más agresiva, y extensa, de la historia de la organización. Dieron charlas, muchas charlas en diferentes idiomas a lo largo del planeta y, claro, online.
El producto no vendió casi nada, pero todos hicieron lo suyo y se quedaron con la conciencia tranquila. Fue un buen trabajo.